Sida para el amor.

Y es que oímos, leemos y escribimos mucho del amor sin saber realmente lo que es. Dicen que es algo bello, algo feliz, algo que alegra el alma y no, el amor es un lobo, un terremoto que lo destruye todo, ilusiones incluidas.
Y es que quizás no ame por que tengo miedo, miedo a que me pisoteen, miedo a que venga un imbécil y me enamore de el, que le entregue lo más preciado de mi ser y lo malgaste y que luego me sienta tonta. Otro golpe más a la espalda, otro golpe que pude evitar. Y es por eso que huyo del amor. Y si sería bonito que todo fuera perfecto, que el me quisiera y que yo a él también, que vivieramos una historia de amor, tipo titanic. Pero no, la gente se olvida de mencionar el dolor, el dolor del rechazo, del agotamiento tras cada intento fallido.
Quisiera ser capaz de dar ese salto, de tirarme a sus brazos sin importarme nada, sin plantearme si algún día no estarán sus manos sujetandome. Si su risa será mi salvación o si reirá para otra.
Pero no puedo. No puedo saltar. No puedo correr sin mirar hacia delante, igual que no puedo bucear sin abrir los ojos. Duele cuando los abres pero se que así no me chocare. Pues esto es algo así, duele no querer pero doleria más que un cabron me dejase deshechas, sin alma y lo que es peor sin corazón. Por que soy de ese tipo de gente que da la vida en cada acto, así que imagínate lo que daría por una persona.
Y por eso soy una cobarde, una cobarde con miedo a quedarse desnuda, sin identidad, perdida. Por que no quiero querer. Por que no puedo empezar algo sin saber como terminará. Veo el final en cada comienzo. Y eso es sida, sida para los amantes, sida para el amor.